viernes, 23 de abril de 2010

Reportaje sobre delincuencia juvenil


No doy crédito a lo que estoy viendo. Son las 11:46 h y me encuentro en casa viendo un reportaje del programa “Rec Reporteros Cuatro”. El reportaje se denomina “Baby Sicarios en Colombia”.

Un periodista Español visita una ciudad de Colombia denominada Pereira.

Como bien expone el periodista a inicios del reportaje, uno de cada tres asesinatos los comete un menor.

Cuando un baby sicario es detenido por la policía, inicia un proceso de rehabilitación en un correccional. El periodista visita una de estas instalaciones. Cuenta con la oportunidad de charlar con algunos jóvenes. Los correccionales eran considerados hasta hace un tiempo como universidades del delito. En ellos abundan las rejas y los candados. El correccional que visita el periodista está dividido en dos. En un extremo se encuentran los jóvenes con posibilidades de rehabilitación y en el otro los jóvenes que no tienen solución y oportunidad de cambiar.

Los testimonios de los jóvenes entrevistados dentro del correccional me dejan sin palabras y aliento. Uno de estos jóvenes, Juan Manuel, dijo que a los 12 años huyó de su casa porque su padre le maltrataba. Se metió en un grupo de ultraderechas y ahí fue donde presenció uno de sus primeros crímenes. Tres compañeros suyos mataron a unos campesinos y arrojaron los restos a los cocodrilos.

Otro joven entrevistado se llama Carlos Andrés. Como bien dijo durante la grabación, su padre y su hermano son sicarios y su hermana y su madre ejercen la prostitución. Este menor pretendía crecer y llegar a ser alguien importante en la vida, pero todo ello por medio de la delincuencia.

La directora del centro se dirigió a la cámara para explicar el perfil del menor delictivo. Según la misma, un 98% de los menores sufre pobreza extrema. Un 90% consume sustancias psicoactivas y un 96% procede de familias desestructuradas y disfuncionales. Los jóvenes son tratados como rastrojos y dejados a un lado además de maltratados y excluidos. La consecuencia directa de este tipo de maltrato es la frialdad que se apodera de ellos.

La pobreza que se halla presente en Colombia hace que gran cantidad de la población emigre a España y EEUU. La acogida sin embargo no suele ser fácil y satisfactoria, por lo que muchos de estos emigrantes han de regresar a su país o buscarse la vida por medio de la delincuencia.

En la agencia de policía se habla de la guerra del narco. Los narcotraficantes incentivaron el consumo interno al ver que en las fronteras no crecía la venta. Cada vez se encuentran con sicarios más jóvenes. Los narcotraficantes saben que cuando la policía detiene a un menor que ha cometido uno o varios asesinos, no les pueden hacer daño.

En este momento no me encuentro bien. Siento dentro de mí tristeza e impotencia al presenciar imagenes tan duras como las que contiene este reportaje y las cuales estoy tratando de explicar.

La policía entra en una vivienda y detiene a varios menores. En una de las escenas he podido ver a una mujer con una niña pequeña arrinconada en la esquina de su casa mientras la policía registra la vivienda en busca de droga y armas. Han capturado a Satanás, un joven que ha cometido más de 50 asesinatos.

El periodista observa en todo momento la dura realidad a la que se enfrenta por medio de un reportaje.

Patricia Naranjo es la psicóloga que trabaja con las bandas. Según ella, los niños tienen la necesidad de convertirse en adultos a edades muy tempranas, y todo ello se debe a la lejanía y maltrato recibido por sus familiares o cuidadores principales. Estos chicos devuelven lo que en parte han recibido.

El periodista consigue entrevistar a dos jefes. Estos jóvenes acceden a ser entrevistados y grabados pero su rostro aparece tapado con una bufanda y un revolver en las manos. El periodista le pregunta a uno de ellos sobre cuáles han sido los asesinatos de niños que más le han dolido. Este joven dice que el crimen más duro para él fue el de un niño de 9 años. Era delgado y elegante y según el mismo, este muchacho llevaba el diablo dentro.

El otro joven dice que un 30% de la juventud del barrio ha muerto.

UBER: Sicario. Según le cuenta a la cámara, mata por ayudar a su madre. No sabe leer ni escribir. Desde que dejó la escuela se ha dedicado al narcotráfico. Le gustaría de mayor trabajar y trabajar.

Uber llama al equipo del reportaje de nuevo. En esta entrevista se encuentran un chico y una chica además de Uber.

El amigo de Uber le dice a la cámara que POR LA PLATA MATA EL PERRO.

La amiga de Uber también es sicaria. Sus padres llegan a casa y no le echan ni cuentas. El periodista tenía un poco de miedo, pero continuo con la entrevista. La niña cuenta que a sus padres no les gusta lo que hace pero aun así sigue cometiendo actos delictivos.

El padre de la niña le dijo al periodista que su hija se iba de noche y ya no sabía de ella hasta mañana. Hace tiempo que la da por perdida.

NELSON: Sicario. Ha matado a 4 personas. Mata con una 38 de seis balas. Le dispara cuatro balas y deja dos. Según este niño, un pobre no tiene oportunidades y ello hace que la delincuencia se apodere de él y se convierta en su único medio de subsistencia.

En el Barrio los Guamos se halla inserto un niño llamado Felipe. Este niño es el único que da la cara ante la cámara. Hace tres años que no ve a su mamá. Le echaron de la casa. A pesar de todo el se considera un hombre. Le dan ganas de llorar. A él le gustaría ser otro y tener otra vida.

Según Felipe, matar no es tan fácil porque a más de uno le tiembla la mano. Hay que tener el corazón de piedra.
A él le mataron una hermanita de tan solo dos meses. Unos hombres entraron en su casa y asesinaron al bebé. Ahí fue cuando empezó su rencor contra todo el mundo.

Felipe ha pedido ayuda a Patricia. El único niño que dió la cara solicita ayuda porque ya no puede más.

El reportaje acaba con el rostro de Felipe; un niño de corta edad que pide ayuda a gritos. Su expresión facial demuestra la amargura e infidelidad que sufre.

El reportaje ha merecido la pena. En tan solo una hora he conocido una pequeña parte del mundo. Ahora mismo me encuentro escribiendo y en mí aún sigue presente la tristeza y la impotencia. El único punto positivo que contemplo es que Felipe ha pedido ayuda. Los demás niños siguen abandonados a su suerte.
¡Qué injusticias más grandes acoge este nuestro mundo!

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